LAS REVUELTAS POPULARES EN AMERICA LATINA
La explosión masiva de luchas obreras de Mayo 68 en Francia, seguida por los movimientos en Italia, Gran Bretaña, España, Polonia y otros lugares, puso fin al periodo de contrarrevolución que tanto había pesado sobre la clase obrera internacional desde la derrota de la oleada revolucionaria de 1917-23. El gigante proletario volvió a alzarse en la escena de la historia y no únicamente en Europa. Estas luchas tuvieron un inmenso eco en América Latina, empezando por “el cordobazo” de 1969 en Argentina. Entre 1969 y 1976, en toda la región, de Chile, el sur, hasta México en la frontera con Estados Unidos, los trabajadores llevaron a cabo un combate intransigente contra las tentativas de la burguesía de hacerles pagar la crisis económica. En las oleadas de luchas que siguieron, entre la de 1977 hasta 1980, que culminarían en la huelga de masas en Polonia, las de 1983 a 1989 marcadas por movimientos masivos en Bélgica, Dinamarca e importantes luchas en otros numerosos países, el proletariado de América Latina también siguió luchando, aunque no fuera de manera tan espectacular, demostrando así que, cualesquiera que sean las condiciones, la clase obrera dirige un único y mismo combate contra el capitalismo, que ella es una sola y misma clase internacional.
LOS NOCIVOS EFECTOS DE LA DESCOMPOSICIÓN CAPITALISTA Y LAS REVUELTAS INTERCLASISTAS
El desmoronamiento del Bloque del Este, él mismo resultado ya de la descomposición del capitalismo, ha sido un considerable acelerador de ésta a nivel mundial con el telón de fondo de una crisis económica agravada. América Latina ha sido golpeada de lleno. Decenas de millones de personas ha sido obligada a desplazarse de los campos hacia los barrios empobrecidos de las principales ciudades, en una búsqueda desesperada de inexistentes empleos, mientras que, al mismo tiempo, millones de jóvenes trabajadores son excluidos del proceso de trabajo asalariado. Un tal fenómeno, que está en marcha desde hace 35 años, ha conocido una brutal agravación en estos 10 últimos años llevando a las masas de la población, no explotadoras ni asalariadas, a reventar de hambre y a vivir un día tras otro al margen de la sociedad. En América Latina, 221 millones de personas (41 % de la población) viven en la pobreza. Este número ha aumentado en 7 millones tan solo en el último año (entre estos, 6 millones se han hundido en una pobreza extrema) y en 21 millones desde 1990. Actualmente 20 % de la población latinoamericana vive en la más extrema pobreza (comisión económica para América Latina y el Caribe- CELAC). La agravación de la descomposición social ha tenido su reflejo en el crecimiento de la economía informal, los pequeños oficios y el comercio callejero. La presión de este sector varía en función de la potencia económica del país. En Bolivia, en el 2000, la cantidad de personas ―por cuenta propia‖ superó la total de asalariados (47,8 % contra 44,5 % de la población activa); mientras que en México la cifra era del 21 % contra 74,4 % (CELAC), En todo el continente, 128 millones de personas, o sea el 33 % de la población urbana, vive en pocilgas (según la ONU –6 de octubre 2003–, esas villas miseria están cargando una ―bomba de relojería‖). Estos millones de seres humanos se encuentran ante una ausencia casi total de sistema sanitario o de electricidad, y sus vidas, son envenenadas por el crimen, las drogas y las pandillas. Los cuchitriles de Río son, desde hace años el campo de batalla de pandillas rivales, una situación muy bien descrita en la película La Ciudad de Dios. Los obreros de América Latina, particularmente los que viven en chabolas, están además confrontados a las tasas de criminalidad más elevadas del mundo. El desgarramiento de las relaciones familiares ha llevado también a un enorme crecimiento del número de niños abandonados en las calles. Decenas de millones de campesinos padecen cada vez más dificultades para arrancarle al suelo los miserables medios de subsistencia. Para sobrevivir, son empujados a un salvaje desmonte de algunas zonas tropicales, acelerando así el proceso de destrucción del medio ambiente del cual las compañías de explotación forestal son las primeras responsables. Esta solución no ofrece más que una tregua temporal al hecho del rápido agotamiento del suelo al resultar una incontrolable espiral de deforestación. El incremento de esas capas de harapientos ha tenido un importante impacto en la capacidad del proletariado para defender su autonomía de clase. Esto se reveló claramente a finales de los años 1980, cuando estallaron las revueltas del hambre en Venezuela, en Argentina y Brasil.
RESPONDE: Ø Destaque las causas y consecuencia que han determinado la pauperización (empobrecimiento) de las clases populares en América Latina.
Ø Destaque los efectos políticos, económicos, sociales y ambientales provocados por la pauperización de las clases populares en América latina.
Ø En cuanto a la población joven de América Latina, qué expectativas tienen dentro de sus proyectos de vida, en este marco de pauperización social?
Ø Describa las razones por las cuales las clases populares se ven en la necesidad de organizarse y enfrentar las injusticias del sistema capitalista.
Ø Cuál sería la posible solución a los problemas y crisis sociales de América Latina?
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