lunes, 16 de febrero de 2015

PRE-REVOLUCION FRANCESA





REVOLUCIÓN FRANCESA

Condiciones pre-revolucionarias


Suele llamarse revolución a todo proceso que, violenta y radicalmente, cambia, o intenta cambiar, el régimen de gobierno, la organización social y el sistema económico de un país. A finales del siglo XVIII, existían en Europa y América circunstancias propicias al estallido de una revolución. Varios procesos la preparaban:

La transformación demográfica. La población europea ascendía a 62 millones durante el siglo XVIII, creando problemas de empleo y una juventud insatisfecha, dispuesta a la rebeldía y la violencia.

Cambios económicos. Gran Bretaña también comenzó su indus­trialización a finales del siglo, con las primeras máquinas. Su pro­ducción y marina mercante acapararon casi todos los mercados, lo cual afectó la producción artesanal de las burguesías del conti­nente. La más afectada fue Francia.

Cambios sociales. La mano de obra agrícola era mayoritariamente libre y aspiraba a sacudir las obligaciones y tributos que aún soportaba por parte de la nobleza propietaria de tierras. Por su parte, las clases burguesas, conscientes de su poder económico, no soportaban figurar en un tercer lugar y querían asumir la dirección de los estados o, al menos, compartirla con los nobles, en un plano de igualdad política, como en Gran Bretaña.

Cambios políticos. El despotismo ilustrado trataba de disminuir los poderes de la nobleza y el clero, pero esto provocó una reac­ción de los nobles contra la monarquía, no solamente por conser­var sus privilegios, sino para aumentarlos.

Cambio de pensamiento. La Ilustración, que se propagaba por Europa y América, no era una ideología que incitara al cambio violento, pues el racionalismo optimista de los ilustrados confiaba en que los cambios se producirían racional y gradualmente. Sin embargo, unidas a las condiciones anteriores, muchas ideas de la Ilustración impulsaron el ánimo revolucionario.

En la segunda mitad del siglo XVIII, hubo revueltas en Holanda, Bélgica, Suiza, Suecia e Irlanda, pero fueron aplastadas. Solamente triunfaron la independencia de las trece colonias ingle­sas y la Revolución Francesa, que tuvo repercusiones mundiales y aceleró la independencia de las colonias españolas y portuguesas de América.

El Antiguo Régimen

El nombre de Antiguo Régimen se da al sistema político, social y económico que existió hasta 1789 el cual destruyó la Revolución Francesa. Francia era la segunda potencia de Europa y, sin embargo, allí los procesos se aceleraron negativamente hasta con­ducir al cambio brusco y violento.

Demográficamente, era el segundo después de Rusia y resultó más afectado que otros países, porque el 36% de su población era menor de 20 años y el 40%, menor de cuarenta; o sea que las tres cuartas partes eran jóvenes y no había fábricas ni colonias dónde emplearlos.

Económicamente, el país estaba pagando las deudas contraídas en las dos grandes guerras del siglo y su participación en la indepen­dencia de Estados Unidos; además, fue desplazado del mercado mundial por Gran Bretaña y tuvo pésimas cosechas en los años anteriores a 1789. En medio de la crisis, la Corte continuaba des­pilfarrando, con su lujosa vida en Versalles, gran parte del presu­puesto del Estado.

En Francia el absolutismo mantenía su vigencia radical El despo­tismo ilustrado no se había impuesto como en Prusia o Austria y las ideas ilustradas se habían aplicado en el anticlericalismo y en la agricultura, siguiendo las recomendaciones de los fisiócratas que, a la larga, eran benéficas para los nobles y ricos propietarios de tierras.

La desigualdad social no era mayor que en otros países, pero la burguesía inconforme sí era la más numerosa y fuerte del conti­nente y, además, con una filosofía propia: la Ilustración. Burgueses, artesanos y campesinos formaban el Tercer Estado o Estado Llano de la sociedad, y sostenían al Estado y los privile­gios de unos 200.000 nobles y miembros del clero, que no paga­ban impuestos. El bajo clero padecía y sentía igual que el pueblo.

La burguesía, que había sido excluida de los altos cargos desem­peñados en tiempos del Rey Sol y sustituida por la nobleza, reac­cionó cuando la deuda pública del Estado hizo crisis. A todas estas causas, hay que agregar el estímulo de la independencia de los Estados Unidos, cuyas ideas de soberanía popular e igualdad social fueron llevadas por los soldados franceses que participaron en esta lucha, muy especialmente por el marqués de Lafayette que había combatido al lado de Washington.

Aprende más: 

La crisis económica comenzó en 1787. Hasta este año, las exportaciones supe­raban en 210 millones a la importacio­nes. Pero la balanza comercial cambió negativamente por un tratado comercial ventajoso para Gran Bretaña que frustró a los comerciantes franceses. Fallaron también las esperanzas de que los nacientes Estados Unidos, ayudados por Francia a independizarse, compraran mucho a Francia; la república nortea­mericana prefirió importar de su antigua metrópoli y no de Francia. Las malas cosechas de 1787 y 1788 crearon ham­bre y angustia; pese a que el país era rico productor de cereales, los exceden­tes de años anteriores se habían expor­tado y los graneros estaban vacíos.

La independencia de los Estados Unidos influyó profundamente. Por su apoyo a la lucha emancipadora de los colonos, el joven rey Luís XVI ganó imagen de ilustrado y liberal, pero estos beneficios para la monarquía quedaron opacados por las consecuencias negativas: la gue­rra costó a Francia más de dos millones y medio de libras, agravando el déficit de la Hacienda Pública. Las ideas de libertad y soberanía popular atrajeron a los franceses. Los grandes propagandis­tas de la ideología norteamericana fue­ron los diplomáticos norteamericanos, como el embajador e inventor Benjamín Franklin, y los oficiales franceses que habían combatido en Norteamérica, especialmente el Marqués de Lafayette, quien se convirtió en ídolo popular y personaje central en los círculos ilustra­dos de nobles y burgueses. Las ideas que se discutían en Europa eran ya los fundamentos de la república americana. Además, junto al modelo político de monarquía parlamentaria de Gran Bretaña, tan atractivo a los ilustrados, acababa de aparecer otro: el republica­no de los Estados Unidos, que comenzó a atraer lentamente a muchos de los que deseaban el cambio de sistema.

Tomado de espacios y sociedades Año 2001 Pág. 76, 77.


ACTIVIDAD NRO. 2


Desarrolla tus competencias 

Responda con sus palabras

1. ¿A que se le denomina revolución?

2. ¿que afecto la economía francesa?

3. ¿haga un mapa conceptual de los cambios sociales y políticos en Europa durante este periodo?

4. ¿Cuál fue la función del antiguo régimen?

5. ¿que aspectos favorecieron el inicio de una revolución en Francia?



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